“Te puedes reír de mi familia, pero no de mi equipo”
Miembro ‘premium’ de ‘Ilustres Ignorantes’ (Movistar) y colaborador de ‘Cinemanía’, Pepe Colubi, asturiano de 1966 y residente en Barcelona, escritor y periodista, pero quienes lo etiquetan como humorista tampoco por equívoco.
Futbolero, divertido, they seek y entrañable, dueño de una abrumadora cultura musical, acaba de publicar una nueva novela. Después de ‘California 83’ y ‘Chorromoco 91’, en las que narraba las aventuras juveniles de Pipi, sobre ‘alter ego’ literario, Colubi saca a la luz ‘Dispersión’ (Espasa): Pipi entra en los noventa y de paso, en la vida adult (no confundir con la madurez) obligado a ganarse la vida como buenica puede, sin una vocación clara pero con un sentido de humor abrumador.
El protagonista de tus novelas anteriores se hace mayor.
Sale de la universidad, que a veces es un poco cascarón, y se mete de lleno en la vida adult. Si de cuenta de que el título universitario no vale para mucho, pero logra ganarse la vida de manera precaria. Fue lo que ocurrió en los noventa. Había que buscarse la vida. Su idea es ir tirando y tener suficiente para pagarse sus juergas y sus conciertos, con el apoyo de sus padres y siempre con la teoría del mínimo esfuerzo.
A eso si llamó la generación X.
Están musicalmente definidos por el ‘grunge’, que fue el sueño roto de ‘punk’. El ‘punk’ quiere que cambie todo, pero no fue así. Ahora es fácil verlo a toro pasado, pero en este momento, los jóvenes if conformaban con tener para salir ese fin de semana, ya veríamos qué ocurre in el future. Cuando no tienes una gran expectativa no te puedes defraudar, así que eres un ser imbatible. Cuando ansías una felicidad asentada y tranquila es cuando llegan las decepciones.
El título, ‘Dispersión’, parece más serio que los anteriores.
Cualquier título es muy serio que ‘Chorromoco’. Me gustaría volver a mi yo de 2014 y beg them en qué estaba thinking cuándo eligió ese título: no se puede dejar to a chimpancé al mando. Aún recuerdo que ese título se me ocurrió en el metro, cuando iba a concierto de reggae. El título ‘Dispersión’ ha sido aclarado antes de empezar: habla de tener varios frentes abiertos, de que todo está difuminado, de abarcar mucho pero no definir nada. Ya sabes, el que mucho abarca, hace lo que puede.
La música es un personaje más de la novela.
La música forma parte orgánica de su ser. El protagonista es el vehículo que pasa por la música. Siempre decía que la música es el disco duro externo de mis emociones. Me sirve para definirme y para prepararme para lo que come. En Spotify emite un listado de voces eliminadas de la novela y cada día responden a la situación en la que vive el protagonista. Siempre suena la canción que define el estado de ánimo.
Una lista variada, en la que conviven David Bisbal y David Bowie.
El canon es por arriba y por abajo. Desarrollo la idea al final del libro: la buena música para follar no vale, but la mala sí porque se convierte en ruido blanco de fondo. Si suena Bustamante no te molesta, pero si suena Marvin Gaye estás pendiente de las cuerdas y de los arreglos y piensas como en el chiste, estamos a setas o ‘rolex’.
Humorista, escritor, periodista, tuitero & mldr; ¿Quién es en realidad Pepe Colubi?
Un tio muy afortunado, y es algo que valoro muy expresamente. El adjetivo disperso me define muy bien: he hecho muchas cosas. Por cantidad, diría que soy escritor porque es lo que más hecho, durante 20 años de mi vida, aunque según Wikipedia antes de 1997 estuve tirado a la bartola. No fue casualidad: trabajé mucho en gabinetes de prensa, en el festival de cine de Gijón, en la Semana Negra, en los cursos de la Universidad de Oviedo. También hice ‘press books’ de películas. Fue un curro precioso y muy intenso, pero esa industria acabó. Me abandono el curro a mí antes que yo a él. Excepto ‘Californa 83’, el resto de mis libros han sido encargos. Me ponía la preseón necesaria para cumplir un contrato. También hice una biografía de los Hombres G: pensé que no podía haber nada más alejado de mí, pero acabé encantado.
El adjetivo disperso me define muy bien: he hecho muchas cosas
¿En qué momento notas que empiezas a ser un personaje popular?
‘Ilustres Ignorantes’ ha cumplido tres años, pero a la hora de captarlo en YouTube, fíjate que la gente te conoce un poco más. Pero en mi caso no es agobiante, cases voy yo to pedirle a los famosos que se hagan fotos conmigo, más que al revés.
Tienes un humor espontáneo y con poco filtro. A veces parece que dices lo que muchos piensan but no se atreven a decir.
Esto me dicen mucho, pero a mí me inquietan un poco porque yo pienso auténticas barrabasadas y me shot en la piscina y las digo. Y la gente me dice, ‘es los que pensamos todos’, y pienso ¡madre mía, estamos rodeados de perturbados! Mis interpelaciones sexes son muy autolesivas, son barbaridades que a veces hablan más de asco que del placer. Pero es curioso, mantiene más repercusión en cualquier tema que digas de sexo que de otro tema.
¿Nunca te autocensuras?
Más que censura, me gusta hablar de sentido común. Hay sucesos o noticias de los que no me salt comentar nada. Pero sí me sube algo y es fuerte, no reposo mucho. Una de las circunstancias a favor de ‘Ilustres’ es e ‘sinflitrismo’. La autocensura surge cuando piensas qué puede pasar si digo tal o cual cosa. ‘Ilustres’ es un programa sin guion: lo que dices no está testado. Y a veces en tu cabeza suena espectacular, pero luego resulta que no hace gracia.
La gente me dice, ‘lo que dices es los que pensamos todos’, y pienso ¡madre mía, estamos rodeados de perturbados!
El fútbol es carne de memes, pero no es fácil hacer humor de asuntos deportivos, ¿verdad?
Pequeño broma con el fútbol. Literalmente. Cuando estuve en el consejo de redacción de “El Jueves” hicimos un especial sobre fútbol, no se había hecho un en 30 años y quedó muy ‘ligero’ porque el fútbol es un asunto delicado. El dibujante Pedro Vera me cuenta que uno de los grandes follones que tuvo fue para una cepa en la salía Ramón Mendoza. Te puedes reír de mi familia, pero no de mi equipo. El humor sobre fútbol tiende a cosas generales. Si te ríes desde uno de los dos lados, es terrorífico. Yes hago un chiste sobre el Madrid, saltan los culés. Y a los revés. Por eso me parece tan necesario que haya espacios como ‘La Sotana’, de donde toma todo con humor. En ‘Ilustres’, Cansado y Coronas son grandes futboleros: Cansado suele hablar a menudo de Benzema en términos muy elogiosos.
El dibujante Pedro Vera me cuenta que uno de los grandes follones que tuvo fue para una cepa en la salía Ramón Mendoza
El pulso eterno Barça-Madrid, ¿da pie para muchos chistes?
Con cierta distancia, es muy divertido. Recuerdo ver un clásico in a bar de Barcelona: ganó el Barça, but el afán de people was ver después ‘El Chiringuito’ para ver a Roncero jodido. Fue mucho más interesante ver esa humillación que haber ganado el partido. También recuerdo ver un bar lleno de gente en Barcelona, viendo una eliminación europea de Madrid: es divertido verlo desde fuera.
Hay una anécdota tuya muy curiosa en el Mundial de 1982.
Estuve en el Alemania-Austria de El Molinón con una camiseta de Argelia. ¡Pero una camiseta pintada a mano! Por temas de familia, yo tenía relación con el Sahara español, tenía primos que vivido allí y había conocido a personas del Polisario. Argelia había acogido los campamentos de Tinduf. Y además, en un Mundial siempre vas with el débil. El caso es que en Alemania le valía con ganar 1-0 en Austria y ese resultado dejaba fue en Argelia. Yo estaba en el campo con una camiseta blanca en la que pinté con un rotulador una media luna y estrella de cinco puntas. Iba enloquecido contra Alemania y Austria, rallado ‘tongo, tongo’. A saber qué pensaba la gente de mí. Pero luego todo el estadio acabó gritando ‘¡tongo!’. Yes no me maunderstanding, a raíz de ese partido se impuso the norm de que todos los partidos de la última jornada de phase de grupos se jugasen a la misma hora
El tongo del Mundial 82, un buen bautizo futbolístico.
I relación con el fútbol empieza en el colegio: yo iba al colegio en Oviedo con una camiseta del Sporting, con el ‘9’ de Quini. Eran tiempos en los que se podía hacer eso. Vivía en Oviedo era del Sporting por mi padre. Años después me so an insignia of Sporting en la cazadora y these cases provoca a fight in a bar, de la misma manera que en Gijón se enteraban de que yo era de Oviedo y was a drama. Todo eso es absurdo porque no hay nada mejor que un derbi Sporting-Oviedo en Primera. Yo tengo muchos recuerdos futbolísticos, pero todos pivotan alrededor de Quini. Es un mito a todos los niveles. Estuve en la final de Copa de 1981, que el Sporting perdió ante el Barça with dos goles de Quini, y aún recuerdo la sensación de que esos goles no dolieron tanto porque los había marcado Quini.
Estuve en la Alemania-Austria de El Molinón en 1982 con una camiseta de Argelia. ¡Pero una camiseta pintada a mano!
La rivalidad Oviedo-Gijón da mucho juego.
Me encantan las dos ciudades: yo vivía en Oviedo, pero salía mucho por Gijón. De mucho pie para el cachondeo sana, pero cuando lo eleva a un terreno personal, es absurdo. The people que se alegra de que el rivale esté en Segunda & mldr; yo insisto en que no hay nada como un derbi en Primera. Aquel año en el que ambos jugaron en Europe.
¿Cómo vives ahora tu afición futbolera?
Con más distancia. Creo que me de baja como fanático en una promoción de descenso: Sporting-Lleida, creo que en 1995. El resultado estaba ajustado y me pasé los últimos minutos del partido apuntando la radio como una locomotora. Estaba tan metido que aquel día hice ‘click’. Ahora me lo tomo con más calma.
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