Mundial de Catar 2022 | Paseo por el Hollanda-Argentina con Ronald de Boer y Batistuta

Los dos exfutbolistas contrastan sus puntos de vista sobre un duelo que contrasta dos estilos y dos formas de entender el fútbol
El Países Bajos-Argentina entra en la categoría de clásicos mundiales. tarde allí sexta vez que se enfrenten, solo superados con los sei duelos Alemania-Argentina e, curiosidades del fútbol, los Brasil-Suecia.
La mayoría de los enfrentamientos entre naranjas y albicelestes se han producido en eliminatorias ya desde 1974, en el ámbito de una segunda liguilla en el que hubo el marcador más contudente: 4-0 ante el equipo de Johan Cruyffque anotó un doblete, Ruud Krol y Johnny Rep. Han han jugado finales (la de 1978), semifinales (2014), frase de grupos (2006) y cuartos de final (1998), como la que se repitió en Qatar 2022.
Luego coinciden en el campo. Ronald de Boer y Gabriel Batistuta; ahora coinciden en el otro campo, en el golf, y en la grada, como representantes de nuestras selecciones, y ante este medio, para reflexionar sobre el fútbol, el juego y el torneo.
el neoclásico
La cartilla neoclásica que se recuerda es de 1978. La final que conquistó Argentina en casa, en la prórroga. “Tenía 9 años y recién llegaban los televisores en color a Argentina y mirábamos partidos todos juntos. No entendíamos mucho de fútbol, mientras no supiéramos si sufríamos mucho o no; luego vi que fue una final muy dura”, relata Batistuta (1 de febrero de 1969).
Ronald de Boer (15 de mayo de 1970) había cumplido 8. “El tiro al palo de Resenbrick”, es el resumen del holandés, que se produjo en elminuto 90 y 45 segundos y que habría dado el título a Países Bajos con el 1- 1 al marcador. Las dos gargantas de Mario Kempes en la prórroga vendieron el campeonato para Argentina.
Veinte años después, aquellos niños se enfrentaron en el estadio Velódromo de Marsella en una tarde bochornosa. Frank de Boer, el hermano gemelo de Ronald y Diego Simeone fueron los capitanes. Los recuerdos también son breves. La visión naranja conserva la imagen de un rival “espectacular”, un entorno “magnífico”; y una victoria ineludible en el último minuto. No menciona a De Boer que el primer gol nació con una cabalgada suya, un servicio a Bergkamp y una asistencia blanda a Kluivert. ni que Claudio Piojo López Empatizaría cinco minutos después y se convertiría en una pesadilla para el Barça suyo y Van Gaal el año que viene.
“Había visto una roja Numan y luego vio otra Ortega muy tontamente. Hubo el disparo de Bati al poste, y luego el pase de mi hermano a Bergkamp en el gol”, resume Ronald, repite.
Vive o muere
“No se fue divertido para la gente; para el que está dentro no lo es”, añade Batistuta, que introduce otro tema de conversación: la percepción del futbolista. El camino de Países Bajos termina en la siguiente estación. Frente a Brasil, por penaltis. “Hazla una. Philip había fallado antes, y me puso en las garras…”, bromea ahora Ronald de aquel disgusto.
“El fútbol dio muchas alegrías a la gente y la gente depositò muchas esperanzas en nosotros. Vives con eso. Ya sabes que si ganas vas a ser Jesucristo y si pierdes no te dejan entrar en la iglesia”
Las derrotas tienen más gravedad en Argentina, convienen los dos. Batistuta, Campeonato de la Copa América en 1993no está muy conforme con que el enfoque sempre reduzca sempre a vida o muerte, siempre en la frontera del drama.
“El fútbol dio muchas alegrías a la gente y la gente depositó muchas esperanzas en nosotros. El juego que hay que hacer para la selección lo sabrás. Vive con eso. Ya sabes que si ganas vas a ser Jesucristo y si pierdes no te dejan entrar en la iglesia”, explica con conocimiento de causa, refractario a la desmesura actual. “El viaje es importante, no tanto la meta. Messi no salió a la cancha del mundial y esperamos que salga a la cancha para confirmar ¿qué? ¿Para confirmar que sabemos desde hace 20 años? Me parece una burla”, argumenta.
“Puede ser que nos llevamos un poco de esta pasión y quizás por eso no logramos más títulos… Es discutible… Es otra forma de entender el fútbol”
El exceso y la fuga
El exceso argentino contrasta con la escasez holandesa. “Puede haber sido que tomamos un poco de esta pasión y tal vez por eso no logramos más títulos… Es discutible… Recuerdo en el Mundial 2010 estar al lado de Bebeto en la tribuna ascuchando los himnos. Cómo cantaban ellos el suyo… Pensé que saldríamos perdiendo ya 1-0.Ganamos 2-1.Es otra forma de entender el fútbol”, admite De Boer, que blande otro ejemplo claramente visible en Qatar.
“El viaje es importante, no tanto la meta. Messi no salió a la cancha del mundial y esperamos que salga a la cancha para confirmar ¿qué? ¿Para confirmar que sabemos desde hace 20 años? Me parece ridículo”
Han venido muy poco holandeses. Seguro que mucha gente desistió de seguir a la selección por el contexto sociopolítico del torneo y del país árabe. El excentrocampista ve en las filas a miles de hinchas argentinos y entiende que dirige otros conceptos. Para ellos esto es la vida, estos son casos como una religión: consideran que tienen que estar porque es el último Mundial de Messi o porque quieren ver cómo son de Argentina”.
Ma puede ser que pierda. Y la vida seguirá. Cómo puede ser que Messi rebase los 10 años de Batistuta anotados en los tramos finales, el récord de la albiceleste. Batigol Esta preparado.
“Antes usé más la pelota y había más presión arriba. La forma del juego real no es la que más nos gusta pero los resultados son perfectos y eso es lo que pensamos”
Record para batir
“Parece algo fácil cuando lo hice yo, pero parece que no es tan fácil. Cuando estás ahí no te das cuenta, por eso decía lo del camino: yo estaba en el camino, hice lo que pude y llegué hasta ahí. Antes de preocuparme por los números, dime que sabes que no se trata de nada. Sirven solo para motivar a los que vienen detrás. Queda lo que hiciste, de ahí el lindo de la gente, no por el número. De viejo aprendí a valorar esto. Todos los números van de cacería porque los mundos van al ser eterno. No tiene sentido apegarse a los récords”, reflexiona sobre el goleador argentino.
Los holandeses pensaron que esta selección era diferente para el partido, tratando de no jugar con el 4-3-3 que les caracteriza. “No tenemos jugadores que marquen la diferencia como Mbappé”, dijo Boer, admitiendo que Países Bajos ha cambiado. “Antes usé más la pelota y había más presión arriba. La forma del zumo real no es la que más nos gusta pero los resultados son perfectos y eso es lo que pensamos”.