Márquez inicia una nueva era con un triunfo apoteósico
“Motorland, Aragón, afición, amigos, el año que viene nos volveremos a ver ¡esto solo acaba de empezar!” Marc Márquez Alentá (Ducati), de 31 años, ocho veces campeón del mundo de motociclismo, está de vuelta. Cierto, lo de ayer, su victoria, tan aplastante como la de hoy, en el trazado aragonés, ante 55.977 fans, todos locos con su triunfo nº 86 de su carrera y 60 de MotoGP, fue solo un aperitivo y así se lo tomó él, que no quiso lanzar las campanas al vuelo.
“El souflé está en el honor. Dejemos que se haga poco a poco. Ya falta poco. En la cocina, las prisas no son buenas compañeras”, dijo. Y ¡boooom!, pasadas menos de 24 horas, el rey ha regresado. No estaba muerto, estaba de parranda.
Márquez ha provocado la alegría de millones de seguidores. Ha ganado con Ducati. Con una Ducati del año pasado. Ha logrado lo que nunca logró, durante dos años, Valentino Rossi, vencer con los rojos. Más grande aún, como dijo ayer Pedro Acosta, ha demostrado tener más huevos, más coraje, más valor, más cabeza, más determinación que nadie en el mundo de las carreras, superando todas las adversidades, todas.
Después de tres años de auténtico viacrucis. Después de 1.043 días sin ganar, de cientos de caídas, de un montón de operaciones, de miles de horas de gimnasio y rehabilitaciones, de perder la vista dos y tres veces ¡maldita diplopía!, de oir que lo tenía que dejar, que no volvería a ganar, que siempre que lo intentaba se iba al suelo, Marc Márquez Alentá, sí, sí, Alentá, porque mamá Roser tiene mucho que ver en esta obra, ha vuelto a ganar.
Y lo ha hecho con la autoridad que lo hacía antes de desgraciarse el húmero derecho en Jerez. Lo ha hecho con la solvencia, el pilotaje inigualable que le ha permitido, como hizo ayer, ganar con una mano, tener, ya en la primera vuelta, dos segundos sobre el segundo, un portentoso Jorge Martín (Ducati), que ha reforzado su liderato mundialista en MotoGP, y, sobre todo, dosificar sus fuerzas. “Tenía unas decimitas guardadas para las últimas diez vueltas, pero no han sido necesarios. Eso sí, pilotar en la última parte de la carrera ha sido muy, muy, duro, pues tenía el triunfo, mil días después, ¡más de mil días después!, en la punta de mis dedos y no podía cometer un error”.
“¡Ahora habrá que renovar la Wikipedia!”, le gritaba en el corralito uno de sus mecánicos. “Sí, sí, hay que actualizar mis datos”, bromeaba el propio Marc, antes de subirse al podio y ser felicitado por Carmelo Ezpeleta, el jefe del mundial. “Ha sido maravilloso, precioso, ganar ante mi gente”, contó, al regresar de celebrar la victoria con la tribuna que ocupaba la marea roja del 93. Allí saltó, cantó y se arrodilló ante ellos.
Márquez no perdió ni un segundo en arrancar con una determinación tremenda al apagarse el semáforo. Fue, de nuevo, como ayer, una salida redonda. Y, a partir de ahí, voló, con una seguridad portentosa. Se fue y, ya en la primera vuelta, le sacó un segundo a Martín, a Pedro Acosta (GasGas), a su hermano Àlex (Ducati). Y, encima, ‘Martinator’ la lió en la chicane de Motorland, chocó con el ‘tiburón de Mazarrón’, para colocarse segundo y ese encontronazo le sirvió al ocho veces campeón del mundo para escaparse más fácilmente.
Siempre el mejor
“Ya no me volverán a hacer nunca más la pregunta de ¿para cuándo la victoria?, pasemos página, miremos al futuro, esto solo acaba de empezar, de nuevo”, comentaba Márquez, que reconoció que había sido una de las carreras más largas de su vida. “Ya estaba ansioso por cruzar la meta y, de pronto, me he dado cuenta de que ¡¡¡¡faltaban aún 12 vueltas!!!” El dominio del catalán fue prodigioso en todos los sentidos y lo fue desde que llegó a Motorland, el jueves por la mañana. Fue llegar y besar el santo: primero en todos los entrenamientos. “No lo he sido en el ‘warm-up’ de antes de la carrera porque no quería peligros”.
Mientras Márquez se iba, se escapaba cada vuelta más, mientras Martín se conformaba, inteligentísimamente con la segunda plaza, que le permite pasar de un +3 al inicio del GP a un +23 al cruzar la meta, tras la caída de ‘Pecco’ Bagnaia (Ducati) en su lucha por la tercera plaza con el menor de los Márquez, el mundo se iba preparando, poco a poco, para la gran celebración. Y es que el Mundial, las motos, MotoGP, el campeonato, el presente y futuro de este deporte necesitaba, urgentemente, que MM93 volviese a ganar.
“Esta victoria no es solo mía, esta victoria es de mucha gente, de mi familia, de los fans que no me han abandonado nunca, del equipo Gresini que me esperó y me dio la oportunidad de tener una moto con la que intentar ganar, de mi equipo personal, de todos los que me empujaron a seguir creyendo, por eso sabe tan bien, por eso es tan maravillosa”, contó Márquez al bajar del podio. “Y ganar hoy no significa que vaya a arrasar, que la semana que viene gane en Italia, que va, que va, significa que estamos en el buen camino, que el plan funciona y que la mejor manera de preparar el 2025 es esta, ser competitivo, estar delante y pelear por el podio y, si toca, como hoy, ganar”.
Incidente de carrera
La euforia de los Márquez, de los Gresini, del vencedor, contrastaba con la desolación de Àlex Márquez y ‘Pecco’ Bagnaia, que sufrieron un choque y, por suerte, esquivaron lesiones. El bicampeón italiano salió mal, muy mal y en su deseo de remontar tuvo que forzar el ritmo. A falta de seis vueltas, se pegó al colín del ‘hermanísimo’ y, sí, tenía más ritmo. A fata de seis vueltas, Àlex se fue largo en una curva, ‘Pecco’, lógicamente, metió la moto, el menor de los Márquez se resistió, hay quien dice que no vio al italiano, pero la verdad es que el ‘bi’ ya le había ganado la posición, se tocaron, se revolcaron de forma llamativa y acabaron rebozados en arena.
Dirección de Carrera, que citó a los dos pilotos por separado, ha decidido, finalmente, lo que consideraba mucha gente, menos Bagnaia, claro, que se trataba de un “incidente de carrera”. El bicampeón ha comentado que “los datos indican que Àlex ha acelerado cuando me ha visto a su lado, en plena curva, cuando le estaba superando, me ha tocado, me ha empujado y me ha tirado y así, la verdad, no hay forma de correr”. Àlex Márquez, que trató de hablar con ‘Pecco’ a la salida de su entrevista con Dirección de Carrera, ha asegurado que “no lo he visto y, si tan fácil le era pasarme, sin tanto ritmo tenía, me hubiera podido pasar separándose un metro o esperando a la siguiente curva”.
Clasificación del GP: 1. Marc Márquez (Ducati), 41 minutos 47.082 segundos; 2. Jorge Martín (Ducati), a 4.789 segundos; 3. Pedro Acosta (GasGas), a 14.904 segundos; 4. Brad Binder (KTM), a 16.459 segundos y 5. Enea Bastianini (Ducati), a 18.776 segundos.
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