El calvario que están viviendo Belén Esteban y Miguel Marcos en Benidorm

23 de agosto de 2020 (09:15 CET)
Este año Belén Esteban no viaja por media España como el año pasado. El Covid-19 ha truncado sus planos. A pesar de ello, la colaboradora ha celebrado su primer año de matrimonio con Miguel Marcos. La pareja se encuentra actualmente en Benidorm, donde han pasado prácticamente todo el mes de agosto. La tertuliana tiene vacaciones hasta principios de septiembre. La localidad alicantina es clave en las vacaciones de la madre de Andrea Janeiro. Todos los años, incluso en Navidad se escapa para poder hacer una visita a su madre, Doña carmen, a quién tiene especial cariño. Este año han estado separados por el confinamiento y ahora está recuperando todo el tiempo perdido.
Belén Esteban se encuentra relajada. De hecho no ha querido hablar del fallecimiento de Humberto Janeiro. Aprovechando que estaba de vacaciones, la colaboradora apagó el teléfono móvil y no atendió ninguna llamada. Ahora mismo Belén solo quiere paz y tranquilidad, sin embargo las últimas cifras de contagios le están preocupando seriamente. Parecía que este verano estaba controlada la pandemia y bajarían las cifras, no obstante, España se ha visto en su peor escenario. Y la llegada de septiembre preocupa aún más.
Belén Esteban ha sido muy precavida durante todos estos meses. Tardó más de 100 días en volver a trabajo y debido a las salidas masivas los primeros días de desconfinamiento, ella decidió quedarse en casa. En todo momento se la ha visto con mascarilla y desinfectándose las manos. La madre de Andrea Janeiro es una persona de alto riesgo debido a la diabetes que padece, por este motivo no quiere jugársela y le fastidia que otras personas la pongan en riesgo. Tiene mucho miedo.
Aunque por suerte no lo ha vivido en primera persona, Belén Esteban cuenta con las vivencias de Miguel Marcos, técnico de ambulancias, que le han dejado con el pelo de punta. El coronavirus es más grave de lo que mucha gente se piensa, por eso Belén va con mucho cuidado. No puede estar más cabreada con la ciudadanía por su comportamiento desmedido. Esto estaría entorpeciendo sus vacaciones ya que apenas va a la playa por miedo a contagiarse. No guardan las medidas de seguridad y en las calles aledañas o en el paseo marítimo no se usa mascarilla, además de los chiringuitos están abarrotados.