El Bayern muestra su grandeza en la Champions
Europa no entiende de tendencias, de estados de ánimo, de dinámicas… No sabe qué significa jugar mejor. De lo único que entiende es de ganar. Y en la Champions, pocos ganan más que el Bayern. Llegaba el equipo de Tuchel a la eliminatoria con el agua al cuello, con una Bundesliga tirada por los aires y con la afición ‘echando’ al técnico.
Pues con todo eso el cuadro bávaro se ha metido en las semifinales de la Champions. Por méritos propios, por reducir al Arsenal a un equipo menor. En Europa, Bayern y Arsenal son otra cosa. Semana negra para los ‘gunners’, que se han podido quedar sin Champions y Premier en un santiamén.
Si el Bayern ha competido más en Champions es porque Tuchel ha sabido adaptarse a las circunstancias. Sin Davies, Gnabry y Coman, el técnico germano tenía claro que había que potenciar su flanco izquierdo para minimizar a Saka. Y el cuadro bávaro salió a eso en un inicio, a minimizar a su rival y a cometer pocos errores. A lo que se debe jugar en Champions. Todo con la firme voluntad de ir a por la eliminatoria en el segundo tiempo. El plan le salió que ni pintado. Si no estás en tu mejor momento y la temporada está siendo un drama, al menos intenta que tu rival no se sienta cómodo en un inicio.
La primera mitad fue un clínic de lo que puede ser este Bayern actualmente, un equipo que compite mejor dándole el protagonismo al oponente y jugando sus cartas al contraataque y en la estrategia. Así, el Arsenal asumió todo el dominio de la posesión en el primer tiempo, aunque no le sirvió para demasiado. Controló y controló, pero le costó un mundo llegar a Neuer. Muy bien plantado el Bayern.
El primer tiempo se convirtió en un auténtico tostón, sin brillo y con más miedo a perder que a ganar. Un primer tiempo en el que solo Martinelli le quiso cambiar el guion. El brasileño fue el más activo en ataque, el que intentó algo diferente y el que gozó de la única ocasión de la primera parte con un disparo a centro de Odegaard que atrapó Neuer.
Un tostón de primera parte
Ni rastro del Bayern en ataque. Ni rastro del Arsenal en ataque. Un centrocampismo totalmente plano. Los bávaros salían a la contra cuando los ‘gunners’ les dejaban. Tenía el Bayern el partido donde lo quería y donde lo podía ganar.
En la reanudación, los bávaros pasaron a la acción. En un minuto tuvieron más ocasiones que en todo el primer tiempo. Un cabezazo de Goretzka al palo y otro disparo a la madera en el rechace de Guerreiro para decirle al Arsenal que no iban a estar en esta eliminatoria por estar. El Bayern le empezó a discutir la posesión al cuadro ‘gunner’ y sin el balón el cuadro de Arteta bajó sus prestaciones.
Ni una sola internada ‘gunner’ en todo el segundo tiempo salvo en el tramo final, cuando al Arsenal no le tocaba otra que ir arriba porque el billete a semis había cogido tintes ‘rojo bávaro’. Y es que a la hora de partido, Kimmich cabeceó un centro perfecto de Guerreiro para dinamitar el Allianz Arena. Con el 1-0, Tuchel metió a Kim Min-jae y a Upamecano para cerrar aún más espacios. El Arsenal se topó con un muro. Muy poco de los londinenses. Cuando Arteta pedía más después del varapalo ante el Aston Villa, los ‘gunners’ demostraron que aún no son lo que quieren ser ya: un equipo campeón.
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