Dele Alli | ¿Qué ha sido de Dele Alli? La estrella que los fantasmas del pasado no dejaron brillar

En un mundo como el del fútbol, donde las historias de superación y caída conviven cada jornada, pocos casos representan mejor ese vaivén de emociones que el de Dele Alli. La suya no es sólo la historia de un joven prodigio inglés que en su día deslumbró a toda Europa. Es también la de un talento precoz al que el tiempo, las decisiones, los entornos y los fantasmas del pasado terminaron por alejar del lugar al que parecía predestinado: la cima del fútbol mundial.
Bamidele Jermaine Alli, conocido como Dele, irrumpió como un vendaval en el Tottenham Hotspur en 2015. Con apenas 19 años, su llegada desde el MK Dons, equipo de la tercera división inglesa, generó cierto escepticismo. Pero bastaron unos meses para que se borraran las dudas. Su impacto fue inmediato: goles, asistencias, carácter y carisma. Durante cuatro temporadas consecutivas promedió cifras de “doble-doble”, es decir, más de 10 goles y más de 10 asistencias por curso. Su sociedad con Harry Kane, Son Heung-min y Christian Eriksen transformó al Tottenham en un equipo temido en Inglaterra y respetado en Europa. Su participación en la Eurocopa 2016 y el Mundial 2018 con Inglaterra confirmaban lo que muchos pensaban: Dele no solo era presente, sino también futuro del fútbol inglés.

Dele Alli, junto a Mousa Dembélé en el Tottenham / X
El punto de inflexión: advertencias que no se escuchan
Pero todo cambió. Y no fue de golpe, sino como una vela que se apaga lentamente. El fútbol de Dele se fue diluyendo sin explicación aparente. Las estadísticas se desplomaron, su presencia en el once titular se volvió esporádica, y los rumores que lo colocaban en el radar del Real Madrid o el PSG se transformaron en suspiros nostálgicos.
La llegada de José Mourinho al banquillo del Tottenham pareció ser una oportunidad para relanzar su carrera, pero fue justo lo contrario. La escena viral en el documental de Amazon Prime, en la que Mou le da una charla paternal, quedó como testimonio de un talento que empezaba a perderse. “El tiempo vuela, y un día te arrepentirás”, le advirtió el portugués. Y así fue.
El adiós del Tottenham
Su salida del Tottenham fue casi en silencio. Fichó por el Everton en una operación condicionada al rendimiento, pero en Merseyside no encontró ni forma ni continuidad. Apenas disputó 13 partidos. Una cesión al Besiktas en Turquía terminó abruptamente tras una lesión muscular, y su regreso a Inglaterra fue aún más sombrío: sin contrato, sin club, sin rumbo.
Peor aún, en 2023 se hizo público que había atravesado una grave adicción a los somníferos. Fue entonces cuando Dele se sinceró, habló de abusos en su infancia, de su paso por rehabilitación y de su lucha interna. Una confesión valiente y humana que conmovió a todos, incluso a quienes ya lo habían olvidado como futbolista.
La última bala: el salto al Como… y la roja inesperada
El giro más inesperado llegó a finales de 2024. Tras un periodo de prueba, Dele Alli firmó con el Como 1907, modesto club italiano con aspiraciones de mantenerse en Serie A y bajo la dirección de Cesc Fàbregas. Su regreso parecía inminente, hasta que una nueva lesión volvió a atrasar su debut. Pasaron más semanas de entrenamiento, preparación y expectativa.
Y finalmente llegó el momento. El 2025 arrancó con su debut oficial tras más de 700 días sin pisar un campo. El escenario no podía ser más espectacular: el mítico San Siro, ante el AC Milan. Entró al minuto 81 con la misión de rescatar un punto para el Como… pero lo que parecía un capítulo de redención se transformó en una pesadilla surrealista.
En el minuto 90, Dele fue expulsado por una entrada temeraria a su amigo y compatriota Ruben Loftus-Cheek. El VAR no dejó lugar a dudas. Roja directa. Su vuelta duró nueve minutos. Una ironía dolorosa. Kyle Walker, compañero suyo en la selección, incluso intentó interceder ante el árbitro, consciente del calvario vivido por Dele. No sirvió de nada.
Y desde aquel episodio, no ha vuelto a jugar.
Dele Alli es el ejemplo perfecto de que el talento por sí solo no basta si la mente no está en equilibrio. Puedes tener las mejores condiciones técnicas, físicas y todo el potencial del mundo, pero si la salud mental no acompaña, todo se tambalea.
En su caso, las heridas invisibles pesaron más que cualquier gol o asistencia. Su historia ha dejado una lección clara: el fútbol necesita hablar más de salud mental. Detrás del futbolista hay una persona, y cuando esa persona no está bien, el rendimiento se resiente. Dele lo reconoció tarde, pero lo reconoció. Su valentía al contar lo vivido ha abierto un camino importante en la conversación sobre el bienestar psicológico en el deporte de élite.
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