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asi vive la eliminacion de españa


12/06/2022, 20:05

CET


El seleccionador consoló a todos sus jugadores por la derrota contra Marruecos en los penaltis

El asturiano vio la tanda decisiva en un discreto segundo piso desde el mostrador

La tanda de penaltis. Sabiri, gol; Sarabia, en cambio; Ziech, gol; Carlos Soler, por Bono. Luis Enrique mira hacia abajo. Benoun, para Unai Simón. Todavía hay opciones. Sergio Busquets, por Bono. Luis Enrique gesticula frustrado. Percibe la derrota. Mirada seria. Lleva la marca Marruecos, se acabó. Achraf, a lo ‘Panenka’, desató la apoteosis de su selección. El Mundial acaba en España, como en la última Eurocopa, en los lanzamientos de once metros, entre Italia y semifinales.

Luis Enrique entra al campo, consuela con sus jugadores en el medio del campo. Ellos son lindos. Antes le desea “mucha suerte” a Regragui, el técnico marroquí. También abraza a Bono, la figura del partido. inducible. Sus penaltis parados a Carlos Soler y Sergio Busquets lo coronan de forma indiscutible. Saludo a todos sus rivales. Si vas al vestidor.

Más de dos horas después del inicio del partido, sin descanso para el entrenador. Al borde del área técnica, al borde de la línea intermitente que marca el límite. Desde el principio. Conversate with Mazraoui, el lateral izquierdo de Marruecos, para decir que la fuera de banda ha sido suya. Que no protestes. En cuclillas, a veces. Otras de pie, con las manos en los bolsillos, pendiente, pendiente. Otros gesticulan, aplauden, caminan de un lado a otro, se paran. Les dice a Rodri Hernández, de nuevo central, como en los tres partidos disputados anteriores, propietario en todos ellos, que no cometa esa falta infantil.

Vuelve a aplaudir cada intento de tus jugadores. Los primeros minutos habla insistentemente con Rodri. También con Ferran Torres, a lado en la banda, una de las cinco novedades del once titular de la derrota de Japón al duelo de octavos ante Marruecos (las otras son Marcos Llorente, as lateral derecho, y los regresos esperados de Aymeric Laporte, Jordi Alba y Marco Asensio, en ningún momento para Álvaro Morata, tres veces goleador en los tres primeros planteles, tan solo de inicio ante Japón, al que recurre después, en el 63).

Al extremo pide che amague hacia atrás y se vaya hacia adelante, que se abra más aún. También da instrucciones a Marcos Llorente para que saque más partido a la banda, para incorporarse a su puesto para presionar a su par en Marruecos. Por otros, Rodri, Laporte y Jordi Alba, en esta circunstancia del juego de emular una defensa de los tres centrales. Está a tiempo. La idea variaría después, en la mitad de la hora: le gustaría que Llorente diera un paso cerrado para la siga de Boufal y, eventualmente, liberar un espacio para el balon… de Pedri, como si fuera un lateral derecho.

Al centrocampista, inicialmente dentro del otro campo, desactivado por su contrario, se lo traslada arriba a la derecha para ser guiado en el inicio del juego. A la primera, en pase en profundidad el recogedor Ferran Torres. Al final, España rompe las líneas del compacto rival. Ya ha celebrado un par de ocasiones anteriores. Remate de Marco Asensio al lado de la roja y, sobre todo, una interna de Gavi y un rechace que remachó a nada Ferran Torres, que no tuvo la oportunidad, invalidado por fuera de juego.

Luis Enrique se queja de una falta sobre Gavi que no pita el árbitro. Si le dice al colegiado y al cuarto ayudante. Y se queja cuando la presión no sube tanto como él quiere, como insistir y siempre tratando de entrenar exhaustivamente. De nuevo, se pone en cuclillas. Habla de nuevo con su ayudante, Rafel Pol. Y con Ferran Torres. En el minuto 25, el partido no va a por dondé quiere. La transición es lenta, su oponente lo observa en su territorio, inhóspito aún para la selección española. En el 33, sí, cuando España ya halla algún hueco. Se siente mejor sobre la tierra. Ferrán Desborda. Marruecos responde. Un cabezazo alto de Aguerd. Un zurdazo de Mazraoui.

Ver la tablilla de la época añadida. Un minuto. Gana el lanza Marcos Llorente, el control Olmo, el árbitro señala al intermediario. Luis Enrique va el primero al vestuario. Hay mecanismos que corrigen. La primera parte terminó 0-0, casos con las mismas ocasiones en uno y otro lado. Ya que nadie se impone en su contrincante, en las dos perspectivas diferentes con las que dos equipos distintos se adjudican la victoria. España necesita más para ganar.

En la segunda parte, en el 47′, manda a jugar a la banda a Morata y Carlos Soler. La fiesta continúa. Luis Enrique caminó por el área técnica, mano en los bolsillos, tras los brazos cruzados, entre la tensión y los nervios del partido. Levanta los tirantes mientras asiste, confiado en la réplica, a un contragolpe de su rival. Percibe el puro, gesticula como tal, cuando Unai Simón es presionado por dos adversarios. Tengo éxito.

España no aguanta aún más ocasiones. Se sienta en el banquillo, sale después de nuevo, instantes después. Pide a Gavi que separe sus marcadores para recibir. Y un grito a Rodri que conecta con Pedri de su lado para la subida al balon. Es un gris intenso. Reclamar una falta a Olmo, recriminarla en el colegiado, conversar con él… Le pide disculpas a Luis Enrique, con el pulgar hacia arriba. Minuto 55. Dani Olmo despliega una acción estratégica. Bono despeja.

Aplaudir a Luis Enrique cuando presion surte efecto, cuando su rival perforó la pelota, incluso cuando el esfuerzo de Pedri aplicó un contragolpe de Achraf, mientras esperaban su turno en el partido tanto Álvaro Morata como Carlos Soler, los primeros cambios del técnico. Habla con ellos, los indica, los anima. Entra por Marco Asensio y Gavi. También saludó a Jordi Alba con un gesto de aprobación por otra acción de mérito defensivo.

Marruecos nota el cansancio, insiste España. Está en su mejor momento del juego. Yasiva las vías hacia la portería contraria. Incluso sin precisión, incluso sin oportunidades de verdad en la segunda parte. Está inmerso en el último tercio del campo contrario. Dos líneas de Marruecos, por tres momentos, unidas, juegan en 15 metros. Luis Enrique observa con detenimiento, inmóvil, las larguísimas posesiones de España. Falta el pase definitivo. Tengo éxito.

Prepara el próximo cambio: Nico Williams. Luis Enrique le dice que encare, que encare, que encare. Su selección lo requiere. El segundo hombre más rápido del Mundial (35,6 kilómetros por hora en una carretera prealemana). Es el minuto 75. Tras dar otra instrucción en extremo, suple a Ferran Torres para marcar la banda derecha. El tiempo se está acabando. 0-0. Luis Enrique vuelve de nuevo al banquillo. Esperando. tiempo. Si reitera cuando Nico Williams recupera el primer balón y se envuelve, desborda, pega al área.

Por otra parte al desmarque de Morata, que centra -o tira- sin ángulo, sin que llegue ningún rematador. Minuto 81. Luis Enrique aplaude. Es lo que quiere. Ganas de buscar el gol. Juega con el juego de línea cuando y como Marruecos y juega con el tiempo. Él lo perfora. Demora un saque de banda mucho más de lo admisible. Pide a sus ayudantes que le den agua a Pedri, que se esfuerza, con un esfuerzo indescriptible, en hidratar la banda. Marque el reloj en la dirección del árbitro para que mantenga todo en línea para el tiempo adicional.

No hay forma de esquivar la prórroga. Tampoco con el centro de Dani Olmo que no toca a Rodri y que saca Bono. Pita el final. Habla de inmediato Luis Enrique con Nico Williams. Los jugadores beben agua, charlan, en torno a una especie de circulo. El seleccionador habla de nuevo, al margen, con Rafel Pol. Se une al circulo. Toma la palabra. Todos están agrupados. Habla y gesticula con determinación. Todos aplauden. Se separa y participa del grito de guerra. De las indicaciones a Carlos Soler, del ánimo a Pedri, se interesa por Jordi Alba cuando acude un masaje en el muslo derecho. Él discute que este sea un buen gesto afirmativo con la cabeza.

Ejecutar la extensión. Una ocasión de Marruecos, que frustra, notable, a Aymeric Laporte. No lo ve claro el técnico, que llama a Ansu Fati y Abde para entrar al campo. Es el minuto 98. Quiere más Luis Enrique. La ofensiva final. Ganar. Unai Simón salva el 1-0 con las piernas, ante Cheddari. Viene un duelo individual decisivo. La tensión es mayor en la técnica. Final de la primera parte de la prórroga. Ahora habla con Ansu Fati, dale la mano a Llorente, conversa con Laporte, con Morata. Emplear el segundo período. Se desespera Luis Enrique cuando el árbitro detiene el partido de un jugador marroquí en su hijo. Salta brazos en alto. De tacón a botella de agua. Si te quejas con otra ocasión. Entra Sarabia de Nico Williams, que entró en el 75. Inmediatamente le consulta Luis Enrique. Sobre el sexto y último cambio, en el minuto 188, estás pensando en los penaltis. Todavía se lleva las manos a la cabeza en una fila de Sarabia. Las penas…

Luis Enrique habla a sus jugadores. Es el momento decisivo. No hay presente ni futuro sin triunfo en los penaltis. Charla con ellos unos minutos. Si va, caminando, a conversar con el cuerpo arbitral. Pide a la grada, a España entera, que anime. Del espacio a sus futbolistas. Con todos los abrasivos al margen. Es la adopción de un segundo plan. Sienta en el banquillo. Desde ahí observe los lanzamientos de once metros. La frustración de la caída..

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