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Ana Obregón pone precio a su vida



Ana Obregón no pasa por un buen momento. Este año ha sido especialmente duro. Después de batallar al lado de su hijo Álex Lequio contra un cáncer, la presentadora tuvo que despedirse de su pequeño a los 27 años de edad. Ya han pasado siete meses desde el fallecimiento del joven y Ana no logra recomponerse. La presentadora ha contado en todo momento con la inestimable ayuda de sus hermanas, así como de sus mejores amigos. Los primeros meses estuvo viviendo en casa de Amalia, una de sus hermanas, y después de celebrar el funeral se fue directamente a Mallorca. En septiembre regresó, pero no a su casa, Ana se fue de retiro espiritual a un lugar totalmente desconocido, donde estar alejada de los medios de comunicación.

Ana no se atreve a pisar su casa de La Moraleja desde que murió Álex y la perrita de éste, Luna. Hay demasiado recuerdos en casa de ambos. La habitación del empresario todavía sigue intacta. Obregón transmite sus sentimientos a través de su cuenta de Instagram. En la aplicación ha encontrado un lugar para desahogarse. Las publicaciones de estos últimos meses han estado dedicadas íntegramente al joven con textos desgarradores que denotan su sufrimiento.

El último texto ha estado dedicado a todas aquellas familias que han perdido un ser querido, especialmente a aquellos padres que han tenido que despedirse de sus hijos. «Mi Aless, querías vivir, tenías toda una vida por delante. Con 25 años sonreiste al cáncer, luchaste y sufriste en silencio animando a los que estaban en tu misma situación. Tu partida fue como un rugido que rompiólas paredes del infinito y tu ejemplo en esta vida ya tiene un eco en la eternidad », ha escrito Ana Obregón en su cuenta de Instagram.

Ana Obregón ha mandado apoyo a todos esos familiares. «Quiero mandar desde lo más profundo de lo que queda de mi corazón un abrazo de amor a todos los que habéis perdido a vuestros seres queridos y en especial a los padres que han perdido a un hijo. A las 35.000 familias de los fallecidos por la pandemia y las 120.000 familias de los que mueren cada año en España por el maldito cáncer ».

Y ha proseguido: «Sabéis que en España mueren cada día 325 personas de cáncer, la mayoría de niños y jóvenes. Para ellos si el cáncer fuera de contagioso quedarse en casa confinados sería su oportunidad de vivir. Y lo harían sin quejarse, con responsabilidad y sin violencia. Desgraciadamente mi hijo estáentre ellos, así que por respeto a los que no están, no veáis una limitación de la libertad en estos confinamientos, sino la oportunidad de vivir y que vivan los vuestros ».

Para Ana la vida sin Álex ya no es vida y daría todo por poderle abrazar de nuevo, aunque sea solo un segundo.




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