Serie A | La fiesta interminable de Yerry Mina

Yerry Mina pasó sin pena ni gloria por Barcelona. El colombiano, firmado en enero de 2018, nunca se adaptó al equipo azulgrana, capitaneado por Leo Messi y dirigido desde el banquillo por Ernesto Valverde. El central no contaba con la confianza del ‘Txingurri’, que se vio obligado a fichar en invierno para cubrir la baja de Samuel Umtiti, al que las lesiones musculares pasaban factura antes de que la rodilla acabara con su carrera deportiva. De hecho, Mina reconoció recientemente que su relación con el extremeño fue nula.
Aquel central espigado, potente, pero con notables carencias técnicas se veía obligado a dejar el Camp Nou. Aun así, Mina dejó 32 millones en las arcas de Josep Maria Bartomeu y se asentó en Liverpool, en el Everton, donde defendió la camiseta ‘toffe’ durante cinco temporadas de forma intermitente. El cafetero tampoco se hizo indiscutible en Goodison Park. En ese lustro en la ribera azul del Mersey, el defensa disputó 99 encuentros -9 goles y una asistencia- en todas las competiciones.
Yerry Mina vio puerta con el Cagliari ante el Parma / EFE
Instalado en Italia
Cerrada su etapa en la Premier, Mina se marchó rumbo a la Serie A. Pero en la Fiorentina tampoco encontró la regularidad deseada, apenas siete encuentros como ‘viola’. Las lesiones se recrudecían, cada vez más frecuentes, y el cuadro toscano lo cedió al Cagliari, su actual equipo.
Yerry Mina cayó de pie en Cerdeña. El colombiano ha sido titular, pese a los movimientos sufridos en el banquillo con tres cambios de entrenador -Claudio Ranieri, Davide Nicola y ahora Fabio Pisacane-. El zaguero ha ganado en autoconfianza, que unida a la exuberancia física de la que hablábamos, le ha convertido en un central fiable y regular en sus actuaciones.
Semana de gloria
A sus 30 años, Mina vive un gran momento. Esta semana, sin ir más lejos, participó en la victoria de la selección Colombia ante Venezuela (3-6) en las clasificatorias para el Mundial 2026. Con el Cagliari, el sábado logró el 1-0 de los sardos frente al Parma. El colombiano, con su desparpajo habitual, se marcó uno de sus ‘bailecitos’ marca de la casa para delirio de la afición ‘rossoblu’, que se instala cerca de los puestos europeos.
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