Resultado, resumen y goles de la final de la Champions League 2024-25
 
     
Tenía que ser con la fuerza de Luis Enrique. Con un proyecto verdaderamente colectivo, que honra el buen fútbol y la valentía. Con un baño indiscutible ante un Inter de Milán que no demostró ser merecedor de estar presente en Múnich. Así ganó el Paris Saint-Germain su primera ansiada Champions. Los goles de Hakimi, Doué por partida doble, Kvaratskhelia y Mayulu valen un triplete que Qatar perseguía desde 2011. La fórmula correcta nunca fue gastar por gastar. Dos temporadas ha tardado el asturiano en demostrarlo, un entrenador inquebrantable, incluso cuando la vida le golpeó de forma devastadora. Ya es eterno en París.
El Allianz Arena enfrentó a dos equipos con espinas por arrancarse. El PSG, la de Lisboa (2020), que dolió el doble por el autor del gol: Kingsley Coman, canterano parisino. El Inter, la de Estambul (2023), cuando cayeron ante el Manchester City, que se estrenaba en el palmarés. Lo demostró el respeto que se sentía entre ambos cuando István Kovács dio comienzo al festival.
No era día para inventos. Luis Enrique y Simone Inzaghi optaron por sus onces de gala, pero rápidamente se vio quién confundió el respeto con miedo, y quién lo aprovechó para encarrilar la final. El PSG tenía el monopolio del balón. No se mostraba preocupado el Inter, esperando paciente a su momento de desplegar las alas y hacer daño al contraataque. Un escenario que no se dio en los primeros 45 minutos.
El gol de Hakimi anticipó el ‘baile’
Los italianos, replegados y escondidos, habían salido a verlas venir. Grosso errore. Doué ya había probado a Sommer desde lejos. Le imitaba Dembélé un minuto después desde el otro costado, el derecho. Y a la tercera vino la vencida.
Hakimi marcaba el 1-0 tras un pase a placer de Doué en el minuto 12. Un pase espectacular de Vitinha entre líneas dejó solo al francés dentro del área, que ‘paró’ el tiempo, levantó la cabeza, y dejó solo al marroquí con un pase de la ‘muerte’. No celebró el gol el lateral ante su exequipo, aunque no puede esconder la tímida ‘sonrisilla’ del que marca en una final de la Champions League.

Achraf Hakimi, autor del 1-0 en Múnich / Spada/LaPresse / LAP
El cuadro de Inzaghi estaba desconfigurado y lejos de dar un paso adelante, dio dos atrás. Un contragolpe del PSG gracias a un balón rescatado por Pacho se transformó en el 2-0. Un golpe mortal obra de Doué, que tras un cambio de banda de Dembélé, durmió el balón con el pecho para liquidar a Sommer, con la colaboración de Di Marco, que desvió el envío.
Bajó de revoluciones el choque, pese a que el Inter tenía que marcar sí o sí. Solo estuvo cerca de hacerlo en un saque de esquina que conectó Thuram a centro de Calhanoglu, pero el testarazo no cogió portería. Dembélé tuvo su gol para despedir el primer tiempo, pero no pudo rematar bien el centro sublime de Doué al segundo palo.
Doué, una final impecable
El paseo continuó en un segundo acto en el que ni los más optimistas pensaron en una remontada de los nerazurri. Un minuto tardó Kvaratskhelia en rozar el tercero. Los ataques de los parisinos se iban multiplicando con el paso de los minutos.
Además de por fútbol, los de Luis Enrique también ganaban por pulmones. Una carrera de Hakimi por la derecha era el preludio del 3-0, el ‘doblete’ de un Doué que culminó con mucha clase la asistencia que le puso Vitinha en el 62′. El joven francés se acababa de confirmar como un futbolista de máxima élite.

Doué marcó un doblete en la final de la Champions League / Alexandra Beier / AP
Con el Inter completamente ‘roto’, el PSG no soltó el acelerador. El 4-0 llegó en el 72′ cuando Dembélé puso a correr a Kvaratskhelia a la espalda de la zaga interista. El georgiano, completamente solo, no falló en el mano a mano ante Sommer. Y el quinto fue del canterano Mayulu, en el 86′, para firmar la mayor goleada de la historia de una final de Champions. El éxtasis total a la obra impresionante de Luis Enrique.
Luis Enrique, el mejor ‘fichaje’ de la historia del PSG
Lo más meritorio del asturiano es cómo lo ha logrado: con una propuesta brillante, demostrando que no hacen falta ‘Mbappés’ para ser campeón y rompiendo con la cabezonería de Qatar. Tras 13 años de errores, en París hay un proyecto sólido, con alma y de mucho futuro.

Luis Enrique y Dembélé, ante la Champions League / AP
Luis Enrique se ha ganado el cielo, si es que no lo había alcanzado antes. Era inevitable no pensar en su hija Xana, que seguro habrá clavado desde allí arriba la bandera en el centro del campo de Múnich como hizo en Berlín en 2015. Como dijo el propio entrenador, “en el plano espiritual está todos los días”. En Múnich, seguro celebró el triunfo de su padre con todo el orgullo del mundo.
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