Gabriel Paulista protagoniza un loco empate en Mestalla

Departamento de puntos en Mestalla en un encuentro que tuvo absolutamente de todo. Duelo de lo más entretenido el que brindaron Valencia y Real Sociedad, de donde los donostiarras se marchaban con dos tantos de ventaja pero que los ches igualaron tras el receso. Goles, amarillas, penaltis, una roja, ocasiones, polémica … y con Gabriel Paulista como protagonista. El espectador neutro si el paso ‘pipa’.

Respetuoso, y devolviendo el gesto que tuvieron los ‘txuri-urdin’ en 2019, el Valencia le hizo el pasillo en el, de momento, actual Campeón de Copa. Gestos de complicidad que se desvanecieron con el pitido inicial. Sobre el césped no hay amigos, dicen. Y el que aquí está listo para dar el primer golpe fue la Real. Portu y Oyarzabal avisaban antes del cuarto de hora de partido.

Pero con el paso de los minutos, los de Gracia se fueron encontrando a sí mismos y tras ocasiones de Diakhaby, Maxi Gómez y Wass y Carlos Soler presentaron la más clara de todas: un penalti. Gorosabel desvió un centro de Cheryshev con la mano y el árbitro señaló la pena máxima. Pero el 8 ‘erró. Mandó el balón fuera. Y ahí, con los ches tambaleándose, fue cuando los de Alguacil golpearon. Primero Guevera, tras una jugada embarullada, envió el cuero al fondo de las redes con un zurdazo de precisión milimétrica. Luego, Isak castigó un error garrafal de Gabriel en la salida. Dos zarpazos y buena ventaja al descanso.

Parecía que los donostiarras tenían todo bajo control tras el receso. El Valencia apenas generaba y todo apuntaba a una cómoda victoria visitante. sin emabargo Paulista quería enmendar su fallo en el primer tiempo y se convirtió en claro protagonista del duelo. Provocò un penalti que Wass -y no Soler- transformó para darle vida a su equipo. El colegiado la perdonó a posible segunda amarilla y por si fuera little, él mismo hizo el empate. Entró con todo para convertir en oro un envío de Guedes.

Sin obstáculos, en el partido todavía le faltaban cambios de guión. Ni el mejor director habría esperado que, con los ches en dynámica ascendente, Maxi Gómez se decidiría autoexpulsar con dos amarillas consecutivas, la segunda por protestar. Achuchó el cuadro ‘txuri-urdin’, que pidió un penalti y otra expulsión, pero el Valencia logró resistir las embestidas. Punto que no terminaci de satisfacción a nadie.