“Frozen 2” intenta de manera admirable abordar el colonialismo, pero al final solo se sumerge en sus complejas aguas

La historia de la tribu Northuldra, y cómo les quitaron su libertad, es una alegoría importante del colonialismo que Disney simplemente deja de involucrar por completo.

if(document.querySelector("#ads")){ document.querySelector("#ads").addEventListener('click',function(){ ga('ads.send', { hitType: 'event', eventCategory: event.slot.getSlotElementId(), eventAction: 'click_ads' }); },false) }

if(document.querySelector("#google_image_div")){ document.querySelector("#google_image_div").addEventListener('click',function(){ ga('ads.send', { hitType: 'event', eventCategory: event.slot.getSlotElementId(), eventAction: 'click_image_ads' }); },false) } });

Alerta de spoiler para “Frozen 2”

Se puede decir cuán dedicada está la franquicia “Frozen” a empoderar a sus protagonistas femeninas, ya que es la única película de Disney hasta ahora que nos da no solo princesas de Disney, sino también reinas (las malas no cuentan). Con ese título, sin embargo, vienen las responsabilidades tanto por el reino como por los pecados de las generaciones pasadas. Es un tema importante que debe tratar Disney, incluso si se detiene antes de que alguien tenga que enfrentar las consecuencias.

“Frozen 2” presenta a la tribu Northuldra, que son sustitutos obvios de cualquier pueblo indígena que haya sido ofendido por una nación estructuralmente más avanzada, en este caso, el reino de Arendelle. La tribu Northuldra tiene un fuerte vínculo con su tierra, una fe ajena a la gente de Arendelle y una gran cantidad de recursos naturales únicos (magia elemental), todos factores de identificación reconocibles.

Por otro lado, tenemos las fuerzas de Arendelle, lideradas por Elsa (Idina Menzel) y el abuelo de Anna (Kristen Bell), el Rey Runeard (Jeremy Sisto). A lo largo de la película, se nos muestra que, si bien la tribu Northuldra era pacífica, el rey Runeard no confiaba en ellos ni en sus caminos. Les dio el “regalo” de la represa como una forma de debilitarlos, luego comenzó una guerra, convenciendo a su gente de que era la tribu a la que había atacado, y no al revés. Todo lo que hizo el rey Runeard implicó el control total de otra población fuera del reino de Arendelle, un legado que a sus nietas les resultó difícil afrontar.

Depende de Anna soportar el peso de esta verdad, ya que el descubrimiento de la verdad ha envuelto a Elsa en un hielo encantado. Anna se siente abrumada al principio, pero no porque no sepa qué hacer con esta información: es porque sabe exactamente qué hacer. La única forma de salvar el bosque y restaurar la libertad literal de la tribu Northuldra es destruir la presa, que inundaría Arendelle. Lo notable es la falta de vacilación de Anna al tomar esta decisión. No hay moralismo, no hay ningún intento de encontrar un camino mejor. Anna reconoce de inmediato que la única forma de hacer las cosas bien es que su reino haga un sacrificio serio.

La película simplifica un concepto mucho más complicado, pero reduce los conceptos de colonización y el sacrificio material que viene con las reparaciones, hasta su esencia más pura. Anna, y la gente de Arendelle, están a dos generaciones de quien se equivocó con Northuldra; ninguno de ellos fue, técnicamente, el culpable. Sin embargo, Anna, como miembro de la familia real, reconoce que la responsabilidad todavía está sobre sus hombros, y ella está a la altura, y se pone en acción después de una conmovedora canción sobre “Next Right Thing”.

La destrucción de la presa es un sacrificio audaz y profundo, que se deshace casi de inmediato cuando Elsa evita mágicamente que la inundación dañe a Arendelle. Lo que podría haber sido una historia verdaderamente poderosa sobre la complejidad de las consecuencias, la responsabilidad y la reparación se ha disipado de forma tan inofensiva como la propia inundación.

“Frozen 2” cubre muchos hilos de historias diferentes y no todos están completamente realizados. Aun así, debería reconocerse que, por lo que Anna sabía, estaba sacrificando su reino para hacer las cosas bien. Disney hizo del tema una parte central de la historia de “Frozen 2”, y aunque se detuvo poco antes de que ese hilo tuviera un impacto significativo, sigue siendo un gran paso adelante para una empresa que se ha convertido en sinónimo de final feliz, sin importar el costo.