Dembélé acaricia el Balón de Oro
 
     
La temporada de Ousmane Dembélé, se mire por donde se mire, es un auténtico escándalo. Seguramente, y tras muchos años de búsqueda, ha acabado encontrando su lugar en el mundo. Lo curioso es que siempre lo había tenido muy cerca de casa, concretamente a una hora, la distancia que separa en coche su ciudad natal, Vernon, de la capital de Francia, París.
Allí llegó tras una etapa movida en el Barça que acabó también movida, pero Luis Enrique ha sabido extraer todo el jugo que siempre ha llevado dentro este futbolista inexcrutable desde que el club blaugrana decidió pagar por él 135 millones (105 más variables) al Borussia Dortmund. Los datos que ha registrado esta temporada dan para un Balón de Oro que acaricia, aunque aún no posee. Queda mucho por decidir y tiene rivales de mucha entidad como Lamine Yamal, cuya temporada con solo 17 años en el Barça está fuera de catálogo.
Dembélé ha jugado esta temporada 49 partidos, una bestialidad, en los que ha marcado 33 goles y ha dado 15 asistencias, las dos últimas este mismo sábado en la final de la Champions ante el Inter. Desde la banda zurda vio la llegada de Doué por el lado contrario y se la puso para que rematara a Sommer, que ya había recibido antes el gol de Hakimi. Ousmane seguramente no jugó su mejor partido esta campaña con el PSG, pero sí fue un gran partido. En la segunda, regalito para Kvaratskhelia.

Ousmane Dembele, en la final de la Champions / AFP
Corrió sin descanso, fue el primer hombre en la presión alta, lo probó con un disparo que se marchó fuera y otro que se fue algo más desviado. Estuvo en todas y comprometido con la causa desde el primero hasta el último minuto. Ejerció con libertad desde la posición de falso delantero centro porque se movió por ambas bandas y siempre con criterio. Lo de que no entendía el juego fue en otra vida. Incluso tuvo tiempo de servir un córner milimétrico para que Kvaratskhelia remata a placer ligeramente alto. El tercer gol, además, llegó tras un pase hacia atrás con la planta de la bota delicioso. Vitinha y Doué hicieron el resto.
Cuatro títulos y queda la Nations y el Mundial del Clubs
Dembélé es campeón de la Champions, un título que no olió con el Barça y que ha perseguido en París hasta hacérsela suya. Completar el triplete, el primero del PSG porque nunca antes había ganado la ‘orejona’ el conjunto de propiedad catarí, con este título pone un sello imborrable a una temporada histórica. También ganó, como suele ser habitual en la capital francesa, la Ligue 1 y la Copa de Francia. Además, levantó la Supercopa de Francia. Es decir, ha ganado cuatro títulos.
Aún pueden ser más porque Francia disputará ante España una de las semifinales de la UEFA Nations League. Ahí se medirá a Lamine Yamal, uno de los pocos futbolistas que le pueden pelear el Balón de Oro. Del vencedor de ese partido pueden empezar a sacarse muchas conclusiones. Ni Mbappé puede mirárselo de cerca porque su único trofeo es el Pichichi. Pero hay más: el PSG estará también en Estados Unidos para disputar el Mundial de Clubs.
En esa nueva cita planetaria, Dembélé tendrá la oportunidad de empezar a decantar la balanza a su favor. Y es que las votaciones, por mucho que deban hacerse teniendo en cuenta todo el año, suelen estar muy condicionadas por la última gesta. Y la de Ousmane en Múnich es de esas que quedan para siempre. No se gana la Champions cada día y lo cierto es que el delantero de Vernon la ha conquistado con total merecimiento. Veremos si también se lleva el Balón de Oro.
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